En forma
de pamela o sombrero, turbantes, tipo casquete, con forma de platillo o a modo de bandas
“belle époque”. Elaborados en rafias, fieltros o sedas. Adornados con
visón, plumas, flores, pedrería, tul, plumeti, encajes, lazos... cualquier
tejido o elemento decorativo puede resultar idóneo para crear los tocados
más cautivadores.
Llegado
el momento de realizar la elección perfecta, me esfuerzo en convertirlos
en una prolongación de la personalidad de quien los lleva. Por
muy hermosa que sea la pieza, si no existe esa complicidad con quien va a
lucirla, el resultado será el de un mero disfraz. Sólo si somos capaces de generar dicha confianza la clienta se sentirá tan cómoda
que llegará a olvidarse de que lo porta en su cabeza, y entonces desprenderá toda su
elegancia.
El secreto:
Aportar a mis “headpieces” un toque Chic y glamuroso adaptado a cada
evento que cautive sutilmente todas las miradas sin caer en la
ostentación.
Pueden adecuarse, atendiendo a fáciles criterios (tamaño y materiales) tanto para la noche como para el día, y no solo para celebraciones formales, sino también para completar un look casual, haciéndolo más osado y trasgresor. Con cabeza, todo puede valer...
Pueden adecuarse, atendiendo a fáciles criterios (tamaño y materiales) tanto para la noche como para el día, y no solo para celebraciones formales, sino también para completar un look casual, haciéndolo más osado y trasgresor. Con cabeza, todo puede valer...
Os
muestro algunos de estos complementos tan femeninos por los que he
apostado como elemento estrella para resaltar la elegancia de mis clientas.